Villaralto

Detenida en el tiempo

Población: 1.597 habitantes

Gentilicio: Villaralteños

Pequeña villa en lugar alto, discreta, apartada, madurada como el vino de su antigua viña. Su término se aísla de la carretera general para preservar este estado de gracia sosegada y de belleza inmutable de sus granitos, dinteles y dehesas.

El primer domingo de mayo celebra Villaralto la romería de la Divina Pastora con un peculiar concurso de carrozas confeccionadas por los vecinos con gran imaginación fantasía. Algunas de las costumbres que aún hoy se mantienen son las jotillas bailadas por los aceituneros en las que se canta a los amores y el esquileo, duro oficio que se realiza en la primavera y en el que se prefieren las tradicionales tijeras.

La parroquia de San Pedro es el edificio religioso principal. El Carnaval tiene en este pueblo de gran aceptación en la comarca. En Semana Santa se preparan con esmero las pellas y las hojuelas, apreciados dulces entre vecinos y visitantes.

Fue fundada finales del siglo XV o principios del XVI cuando en estos parajes se asentó un grupo de vecinos de Torremilano (actual Dos Torres). En busca de nuevas tierras de labor y pastoreo.

Esta aldea fue entregada con posterioridad por el Concejo de Córdoba a Don Luis Fernández Carreras, hermano del arcediano de Pedroche, que otorgó a esta pequeña población jurisdicción propia, rompiendo de esta forma los lazos de dependencia que mantenía con Torremilano. Esta situación daría lugar a un largo contencioso judicial entre ambos municipios por el control de ciertas tierras que sólo se vería finalizados en 1.663.

Iglesia de San Pedro

Aunque existió en este solar un primer templo construido durante el siglo XVI, coincidiendo con el nacimiento de la villa, el actual corresponde a una reedificación llevada a cabo durante el siglo XVIII bajo parámetros de gran sobriedad. En su casco urbano también destacan las ermitas del Cristo de las Angustias y de Santa Rita.