El Viso

Mirador de los Pedroches

Población: 3.208 vecinos

Gentilicio: Viseños

Casas de Don Adame, la más próspera del Señorío de Santa Eufemia. Donde llegan los pastores cada cuatro años para adorar al Niño en una popular escenificación, en la plaza, del misterio de los Reyes Magos interpretada por los vecinos. Famosos son en la comarca los encierros de vaquillas de El Viso en sus fiestas de Santa Ana.

La iglesia de la Encarnación cuenta con una bella torre edificada en rojo ladrillo.

Una excursión obligada es al Castillo de Madroñíz, de origen musulmán, bien conservado y habitado regularmente por cazadores atraídos por la riqueza cinegética de sus alrededores. Bellos parajes son los que ofrecen el río Guadamatilla y el Zújar. Y famosos son los botos del campo que aquí elaboran artesanalmente, así como el queso de cabra y oveja.

Esta villa surgió a finales del siglo XIV, pasando poco después a depender del Condado de Santa Eufemia, situación que perduraría hasta el siglo XIX. Bajo esta jurisdicción El Viso se convirtió en la localidad más poblada del citado señorío. Dentro del casco urbano de este pueblo, aunque de construcción reciente, hay que mencionar la existencia de una serie de ermitas modernas como las dedicadas a Santa Ana, patrona del municipio, Santa Rosalía, San Isidro o el Cristo de las Eras.

Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación

Su tipología es una muestra más de los parámetros constructivos utilizados en Los Pedroches a lo largo de los siglos: grandes arcos apuntados de ladrillo en el interior que dan lugar a robustos contrafuertes en el exterior.

Las obras de este templo finalizaron en el primer cuarto del siglo XVII, pero desde ese momento ha sido objeto de importantes modificaciones. En el exterior destaca su torre campanario, con un cuerpo inferior más antiguo realizado en piedra y los dos superiores de fábrica de ladrillo. En la portada principal puede contemplarse el escudo de los Mexia, señores de esta villa adscrita al Condado de Santa Eufemia.

Castillo de Madroñiz

En las riberas del río Zújar, frontera natural entre Andalucía y Extremadura, se asiente esta fortaleza levantada durante la época árabe que fue durante siglos una de las posesiones de los Condes de Santa Eufemia. El castillo, de planta irregular, está asentado sobre un roquedo ocupando la torre del homenaje una gran parte de su superficie.

Sus paramentos exteriores están elaborados en mampostería y solo se ven rotos por la existencia de dos ventanas de estilo gótico realizadas a finales del siglo XV. Su óptimo estado de conservación le hizo acreedor hace unos años del premio de la Asociación de Amigos de los Castillos.